¿Qué tienen en común Juana la Loca, Garcilaso de la Vega, Pedro Almodóvar y Santiago Bernabéu? Aparentemente nada; incluso vivieron en épocas históricas diferentes. Lo que les une es su origen, ya que todos ellos nacieron en Castilla- La Mancha, una tierra que ha aportado a la historia poetas, pensadores, reinas, arquitectos, directores de cine o teatro, conquistadores de tierras lejanas e incluso santos. ¿Quieres conocer a los castellano-manchegos más renombrados?
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El 23 de noviembre de 1221 nació en Toledo el hijo del rey Fernando III, Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y de León y una de las figuras políticas y culturales más significativas de la Edad Media en la Península Ibérica y en el resto del continente europeo.En el capítulo de la cultura, sus importantes actuaciones le merecieron con justicia el apelativo de “Sabio”. La nota más singular de su empresa cultural fue su vinculación simultánea a Oriente y Occidente. Con él se desarrolló en la corona de Castilla una cultura de síntesis que daba cabida a elementos cristianos, musulmanes y judíos. La fecundidad entre intelectuales de las tres culturas tuvo su máxima expresión en la Escuela de Traductores de Toledo. Alfonso X falleció el 4 de abril de 1284 en Sevilla. Dos años antes de que muriera este rey sabio, en 1282, nació en Escalona (Toledo) un sobrino suyo, que años más tarde se convertiría en uno de los narradores más originales de la literatura medieval española y que admiró a su tío por encima de todo, por lo que hizo “en acrecentar e alumbrar el saber”. Hablamos de Don Juan Manuel, autor de “El Conde Lucanor”, un libro archiconocido entre los estudiantes de bachillerato, que ha influenciado a autores como Shakespeare, Tirso de Molina, Cervantes o Borges. Aunque no sabemos el año exacto de su nacimiento, sí sabemos que el cardenal Gil Álvarez de Albornoz nació en Cuenca a principios del siglo XI y fue nombrado arzobispo de Toledo antes de que el Papa Inocencio VI le encargara pacificar los Estados Pontificios. Fundó en Bolonia (Italia) el colegio de San Clemente de los Españoles y murió en 1367 en Vilerbo. Se cree que fue el Cardenal Gil de Albornoz quien envió a la cárcel a otro castellano-manchego ilustre: Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, nacido en 1283 y autor, entre otros, del Libro de Buen Amor, texto que al parecer escribió durante su estancia en prisión. Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, se considera como el primer poeta lírico español, con una manifiesta y vasta cultura, con un lenguaje rico. Su lenguaje es popular y coloquial, muy vivo y creador, e incluye frases hechas del árabe andalusí de su día.
Pedro González de Mendoza, eclesiástico y político español, nació en Guadalajara en 1428. Fue capellán del rey Juan II y obispo de Sigüenza desde 1467 y de Sevilla, a partir de 1473. Fue la cabeza de la poderosa familia de los Mendoza (que daría origen a la Casa del Infantado) desde 1473. Este hombre participó en la Guerra de Sucesión de Castilla apoyando a quién después sería Isabel la Católica. Arzobispo de Toledo desde 1482, el Cardenal Mendoza fue una de las figuras más destacadas del inicio del reinado de los Reyes Católicos, participando en momentos históricos como la expulsión de los judíos, el apoyo al navegante Cristóbal Colón, o en la negociación del Tratado de Tordesillas con Portugal, en 1494. Falleció un año más tarde en su ciudad natal. La localidad toledana de La Puebla de Montalbán vio nacer, hacia 1470 en el seno de una familia acomodada de judíos conversos al bachiller Fernando de Rojas, autor de La Celestina. Puede que no alcanzara el título de Bachiller, pero sí estudió leyes en la Universidad de Salamanca. También está documentado que fue alcalde, en varias ocasiones, de Talavera de la Reina (Toledo) y que allí se casó, vivió y murió en 1541.Castilla-La Mancha es también cuna de grandes conquistadores, como Diego de Almagro, nacido en 1475 y protagonista activo de la conquista del Perú. En 1514 se embarcó hacia las Indias hacia Tierra Firme, lo que hoy es Panamá, donde conoció a Francisco de Pizarro con el que se asoció en 1524 para explorar y conquistar los territorios del Sureste de Sudamérica. Fue el fundador de la ciudad de Trujillo y en 1535 el emperador Carlos V recompensó el trabajo de Almagro con la gobernación de Nueva Toledo, al Sur de Perú y en 1537 tomó la ciudad de Cuzco por considerar que pertenecía a su gobernación. Este hecho provocó una lucha entre almagristas y pizarristas, que concluyó en 1538 con la victoria de los hermanos Pizarro. Almagro fue hecho prisionero y ejecutado en julio de 1538 en Cuzco. Si Juana la Loca hubiese tenido carné de identidad, en él figuraría que nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479. Fue reina de Castilla y Aragón, hija de los Reyes Católicos y madre de Carlos V. Pese a las claras señales de enajenación mental y a las tendencias francesas de su marido, Felipe I El Hermoso, su madre Isabel la nombró heredera en su testamento, aunque especificó que en caso de ausencia o incapacidad administrase el reino Fernando II el Católico hasta la mayoría de edad de su nieto Carlos. Esta mujer falleció alejada de toda actividad política en su residencia de Tordesillas (Valladolid), el 11 de abril de 1555.
Santo Tomás de Villanueva nació en Fuenllana (Ciudad Real) en 1488. En 1516 ingresó en la Orden de San Agustín y se dice que era el predicador favorito del hijo más poderoso de Juana la Loca, Carlos V, sobre quien el religioso tuvo gran influencia. Fue nombrado arzobispo de Valencia en 1544 y se caracterizó por su austeridad y dedicación a los más pobres, a quienes donó las ayudas económicas que recibía. Su fiesta se celebra el 23 de septiembre. A pesar de su nombre, San Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) y fue el impulsor de las misiones populares en Andalucía. Aconsejó a San Ignacio de Loyola, a San Pedro de Alcántara, a San Francisco de Borja y a Santa Teresa de Jesús. Fue beatificado por León XIII y canonizado en 1970 por Pablo VI. Es el patrón del clero secular y su fiesta se celebra el 8 de marzo.
Alonso de Covarrubias ha sido uno de los más destacados representantes del estilo plateresco en España y el vecino más ilustre de la localidad toledana de Torrijos, donde nació en 1488. Fue imaginero en la Catedral de Salamanca y también en la de Toledo; donde realizó la Capilla de San Juan. Trabajó en Sigüenza (Guadalajara) y San Clemente (Cuenca) y en 1534 fue nombrado maestro mayor de la Catedral de Toledo. A esta ciudad está muy unida su trayectoria profesional, ya que fue aquí donde construyó el Hospital de Tavera y el de San Juan Bautista; e intervino en la construcción del Alcázar de la ciudad y la Puerta Nueva de Bisagra. Garcilaso de la Vega nació en Toledo (1501) en el seno de una familia ilustre, su padre había sido embajador en Roma durante el reinado de los Reyes Católicos, y recibió una buena formación humanística. Muy joven entra al servicio de Carlos I y empieza a cosechar honores. Lucha en la guerra de las Comunidades al lado del Emperador contra los comuneros, contra los turcos y contra los franceses. En 1525 se casa con Isabel de Zúñiga, dama de compañía de la hermana del Emperador por instancias de éste. En 1526 se traslada la corte a Granada y allí conoce al embajador italiano, Andrea Navagero, el cual le incita a que escriba sonetos, y también a una dama portuguesa, Isabel de Freyre, de la que se enamora sin ser correspondido. Entre 1529 y 1530 viaja a Italia en compañía de Carlos I para que éste reciba la corona imperial de manos del papa Clemente VII. A su regreso a España, asiste a la boda de su sobrino, que no había autorizado el Emperador, por lo que sufre destierro en una isla del Danubio y de allí marcha a Nápoles, como lugarteniente del virrey. En 1534 vuelve a España en misión diplomática y se entera de que Isabel ha muerto. Regresa afligido a Italia y es nombrado alcalde de Reggio di Calabria, cargo que abandona para incorporarse a las tropas imperiales que van a luchar contra los turcos de Barbarroja. Después Francia invade Saboya y el Emperador declara la guerra: en la campaña de Provenza, Garcilaso de la Vega es herido por una piedra al intentar escalar una fortaleza, unos días después, el 13 o 14 de septiembre de 1536, morirá en Niza.Otro de los mejores poetas españoles, Fray Luis de León, es también castellano-manchego. Nacido en Belmonte (Cuenca), fue monje y más tarde vicario-general y provincial de la orden de los agustinos, en la que ingresó en 1543. Se licenció en Teología y era un prestigioso hebraísta y políglota que dominaba el griego, el latín, el caldeo y el italiano, que tradujo el Antiguo Testamento. Fue encarcelado por la Inquisición durante cuatro años (1572-1576) a causa de sus disputas teológicas con los líderes de la orden de los dominicos (Orden de Predicadores). La acusación se basó en que prefería el texto hebreo de la Biblia al latino de la Vulgata, que era el texto oficial de la Iglesia, y además en que había traducido al castellano, es decir, una lengua vulgar, el Cantar de los Cantares de Salomón. Una anécdota muy conocida, que expresa muy bien su espíritu estoico refiere que el primer día que se reintegró a su cátedra al salir de la prisión, todo el alumnado esperaba que hiciera mención a los años de cautiverio, sin embargo, comenzó la clase con la frase: “Dicebamus hesterna die... (‘Decíamos ayer’...)”. Murió, en 1591, en su convento de Madrigal de las Altas Torres (Ávila), donde se había retirado al abandonar sus clases de la universidad. Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli (1540-1592), es también castellano-manchega de nacimiento y fue una importante aristócrata española, casada con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli. Ana de Mendoza, mujer intrigante y de una gran ambición, utilizó su posición como esposa del consejero real para conspirar en la corte. Formó parte de un grupo en el que ella y el secretario regio Antonio Pérez tramaron una maniobra para influir en la sucesión del rey de Portugal, apoyando una candidatura que no era del agrado de Felipe II. Tras diversos acontecimientos de este tipo, y después del asesinato de Juan de Escobedo, el rey ordenó la detención de Pérez y de la princesa (1579). Ana Mendoza acabó sus días confinada en la villa de Pastrana (Guadalajara).
Hijo de un artesano, Baldomero Fernández Espartero nació el 27 de octubre de 1793 en Granátula de Calatrava (Ciudad Real) e inició la carrera eclesiástica en el seminario dominico de la localidad de Almagro. Fue regente del reino de María Cristina de Borbón de 1840 a 1843 y presidente del Gobierno en varios mandatos entre 1837 y 1856. Este hombre fue una figura fundamental del liberalismo político español durante la primera mitad del siglo XIX como principal dirigente del Partido Progresista. Falleció el 8 de enero de 1879 en Logroño. Santiago Bernabéu nació en Almansa (Albacete) en 1895. Fue deportista y dirigente deportivo y debe su fama a haber sido toda una institución en el Real Madrid, al que llegó a convertir en el club más importante del mundo. Fue jugador, entrenador, directivo y por encima de todo presidente de la entidad, que bajo su mandato consiguió 16 Ligas, 6 Copas de España, 6 Copas de Europa y 1 Copa Intercontinental. Participó además decisivamente en la creación de la Copa de Europa de clubes y construyó el estadio que lleva su nombre.
Domingo Ortega, nacido en Borox (Toledo) en 1908, es uno de nuestros toreros más famosos y fue autor de una de las pocas tauromaquias personales publicadas en la época contemporánea, El Arte del Toreo, larga conferencia pronunciada en 1950 junto a José Ortega y Gasset, uno de sus incondicionales. Otro de nuestros toreros más reconocidos es Dámaso González, natural de Albacete, donde nació en 1948. Miguel Fisac, nacido en Daimiel (Ciudad Real) en 1913, también ha sido uno de los castellano-manchegos más importantes de la historia. Él fue uno de los pioneros en la incorporación de las últimas tendencias europeas más orgánicas y en 2003 fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura. Es creador del edificio que es hoy sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1942) y de la Iglesia de Santa Ana, en Madrid, (1965), entre otras obras. Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en 1916 y estudió en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Durante la Guerra Civil española combatió del lado republicano y terminada la contienda fue condenado a muerte, aunque se le conmutó la pena por la de cadena perpetua y estuvo en la cárcel casi siete años; allí coincidió con Miguel Hernández. Entre sus muchos logros profesionales, en 1971 fue elegido miembro de la Real Academia Española y en 1986 obtuvo el Premio Cervantes de Literatura.Y si Buero Vallejo fue uno de los renovadores del teatro en la posguerra, el valdepeñero Francisco Nieva, nacido en 1929, siguió su estela. Además de escritor de obras teatrales, Nieva trabajó también como escenógrafo, adaptador de clásicos, figurinista, director de ópera, ensayista y profesor. Es miembro desde 1986 de la Real Academia Española. Federico Martín Bahamontes, nacido en 1928 en Toledo, fue el ciclista vencedor de una edición del Tour de Francia (1959) y es considerado el mejor escalador de toda la historia del ciclismo, lo que le valió el apodo de El Águila de Toledo. Nació en Priego (Cuenca) en 1945, pero durante buena parte de su vida vivió en el sur de Francia, donde era conocido como El español de Montde- Marsan. Nos referimos a Luis Ocaña, ganador de sendas ediciones del Tour de Francia (1973) y de la Vuelta Ciclista a España (1970). Fue uno de los más duros rivales de Eddy Merckx en la década de 1970.
Podríamos seguir hablando de otros renombrados deportistas castellanomanchegos como Fernando Morientes, que aunque nació en Cilleros (Cáceres) se crió en la toledana Sonseca, o del joven Andrés Iniesta, nacido en Fuentealbilla (Albacete) en 1984, uno de los héroes de la selección española de fútbol en la Eurocopa de 2008. Nos podemos referir al guardameta Puertollanero Santiago Cañizares o a los corredores toledanos José Luis González y Julio Rey, e incluso al talaverano más laureado en los últimos tiempos: el piloto de motociclismo Álvaro Bautista. El pintor vivo más caro de la historia, Antonio López, es también de origen castellano-manchego, ya que nació en Tomelloso en 1936. Colega suyo es Rafael Canogar, toledano de nacimiento que llegó al mundo en 1935 y que en 1983 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. Mención aparte recibe también el director de cine José Luis Cuerda, entre cuyas obras destaca “Amanece que no es poco”, convertida en película de culto, “El Bosque Animado” o “La lengua de las mariposas”. Pero nuestro cineasta más internacional y reconocido es sin duda Pedro Almodóvar, nacido en Grantáula de Calatrava en 1949, que ha logrado que el mismo Hollywood se rinda a sus pies y a sus películas, donde muestra las costumbres más ancestrales de su tierra natal. Es el único español, hasta el momento, ganador de dos Oscars: uno a la mejor película extranjera en el año 2000 por “Todo sobre mi madre” y al mejor guión original en 2002 por “Hable con ella”. La prolífica Sara Montiel, de Campo de Criptana, una de las más importantes voces españolas y el escritor Francisco García Pavón, autor de Plinio, forman parte, entre otros, de la galería de personajes ilustres que ha dado esta tierra.